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COSTA RICA

PURA VIDA

¿Qué tal, cómo estás?

Voy a ir al grano porque me apetece mucho contarte el viaje a uno de los sitios más bonitos en los que he estado nunca. Como siempre, todo empieza con una llamada de Gonzalo. Y también como siempre, sé que algo pasa y lo que es peor aún, es que pasa ya. Es 30 de diciembre y Gonzalo quiere estar en Costa Rica dentro de una semana. Muchas llamadas después (para cambiar horarios, días de fiesta, reuniones y diferentes curros), todos conseguimos estar disponibles para esas fechas. Está decidido, el día 9 de enero de 2021 nos vamos a Costa Rica. Costa Rica es un país de América Central con bosques tropicales y costas en el Caribe y en el Pacífico. Es conocida por sus playas, sus volcanes y su gran biodiversidad, pero, lo más importante, Costa Rica es nuestro escape del invierno…

¡Y qué ganas de llegar!

9 de enero, 11:00 de la mañana

Llegamos al aeropuerto; las pistas de Madrid, supuestamente cerradas, pero tenemos que pasar por allí antes de seguir hasta la capital de Costa Rica, San José.

Lo que está pasando no tiene ningún sentido. Nadie sabe qué hacer y en el aeropuerto todo es un caos. Llegamos hasta el mostrador y nos dicen que es imposible volar y que seguramente no podamos hacerlo en unos días. Lo peor de todo no es no poder salir el día que teníamos pensado, es toda la organización que ya estaba confirmada: todos los vuelos, seguros, coches, alojamiento, PCRs, etc. Todo lo que hemos hecho no ha servido para nada y tenemos que cambiarlo todo.

11 de enero, 8:30 de la mañana
Segundo intento. Segunda bofetada en la cara. Nos vuelven a cancelar el vuelo. 

13 de enero, 9:30 de la mañana
Por fin. Por fin nos dejan volar. Nos vamos, ¡PURA VIDA!

Núria, Gon, Axel y yo salimos de Barcelona y llegamos a Madrid para encontrarnos con Nacho, Juan y Pascal. Después del reencuentro, nos preparamos para coger un vuelo de 11 horas y media hasta San José. Cuando llegamos, pasamos todos los controles: de salud, de pasaportes, de seguros… Son las 12 de la noche y estamos dentro. Todavía tenemos que alquilar los coches y conducir hasta el Arenal, el volcán que será nuestra primera localización para el shooting y que está a 3 horas de aquí.

Antes de empezar con el Adventure Journal real, me gustaría presentaros a la gente que tuvo la suerte de viajar conmigo.


Para empezar, Núria, mi gran amiga y compañera de viaje, con la que siempre puedo contar tanto delante como detrás de las cámaras. Os va a flipar de cualquiera de las dos formas. Aparte de alegrarnos con su presencia todas las mañanas, nunca dice que no a nada, es bastante achuchable y de vez en cuando se le va la pinza, que es lo más divertido.

Gonzalo, ya le conocéis y sabéis lo indispensable que es para todos los viajes. Dictador, pensador, organizador, fotógrafo y surfer. Lo tiene todo, ¡hasta un perro monísimo! Pero nunca quiere hacer birras en los viajes. Nadie es perfecto.


Axel, la cara más conocida de todo Blue Banana y, posiblemente, la imagen de algunos de tus mejores sueños y peores pesadillas. Conductor, fotógrafo, blogger, etc., un todoterreno, pero, sin duda, sigue siendo de la familia por todo lo que nos hace reír.

Pascal, nuestro nuevo descubrimiento del viaje. Un alemán que puede hacerte un vídeo mientras hace parkour o backflips tranquilamente. Organizado, alegre, paciente y con energía las 24 horas del día. Eso sí, nunca lo dejes pasar hambre. Quedas avisado.


Juan, uno de los fundadores de Blue Banana. Está tan loco como para retarte a cualquier cosa, aunque no lo haya probado nunca. Un claro ejemplo de confianza en uno mismo. Además, es la típica persona que no necesita hacer ningún esfuerzo para ser gracioso; incluso siendo serio, te hace reír.

Nacho, la persona con más paciencia que conozco, básicamente porque es el que más me aguanta en los viajes y viceversa, eh…, pero él es el jefe, así que hay que aguantarle. Es el último en irse a dormir y el primero en ofrecerme una cerveza. Como Operations Manager es bastante malo, pero como fundador de Blue Banana, no lo hace nada mal. A fin y a cabo, nos estamos yendo a Costa Rica, ¿no?


DIA 1. NADA NOS SALE BIEN

Empezamos y empezamos mal. Hemos llegado al hotel a las 3:30 de la mañana.



Por el camino nos ha parado la policía porque en aquel momento había toque de queda en Costa Rica y era claramente muy tarde. Les enseñamos los vuelos y nos dejan pasar, no sin antes advertirnos de tener cuidado dependiendo de según qué zona de Costa Rica vayamos a visitar. 

A las 5:30 de la mañana estamos todos listos y saliendo hacia el Arenal, un volcán que los científicos consideran activo todavía y de los más icónicos que existen. Nuestro plan es ir a hacer paddle surf con el reflejo del volcán en un lago que hay justo debajo.




Acompañados de nuestra mala suerte, el tiempo es un caos. Hay niebla y llueve, así que ni paddle surf ni reflejo ni nada de nada. Decidimos ir a la Catarata de La Fortuna, ya que el tiempo parece que no va a mejorar y en estos viajes cada minuto es oro y nosotros vamos a contrarreloj. 

Al llegar, nos dicen que tenemos una media hora de bajada por delante hasta llegar a la cascada. El camino está compuesto por unos que llegan a medir medio metro perfectamente. Un ejercicio espectacular para el culo. Cuando llegamos abajo, nos damos cuenta de que el viaje ha merecido totalmente la pena y después de hacer el shooting, decidimos darnos un baño.


Ahora toca volver y la subida, ufff, no es tan divertida, pero estamos a tope y no podemos parar. Volvemos al spot de primera hora de la mañana y nos encontramos un rope swing al lado del lago. Seguimos sin poder ver el reflejo por la niebla, pero ya no llueve así que podemos tirarnos y hacer un poco de paddle surf con unas tablas que hemos alquilado allí mismo.

A todo esto, ya son las 9 de la mañana y hemos hecho demasiadas cosas. Seguimos nuestro viaje hacia el Río Celeste para ver el sunset allí. Habíamos visto fotos y el día se había despejado, por lo que todos nos imaginábamos algo espectacular.


Cuenta la leyenda que cuando Dios acabó de pintar el cielo, limpió los pinceles en el río y por eso tiene este color. Más adelante, los científicos nos cortaron el rollo y nos dijeron que era una ilusión óptica determinada por la composición del agua. El tema es que el agua de este río tiene un color turquesa muy fuerte y característico que, ¡ojo, cuidado!, ninguno llegamos a ver. ¿Por qué? Porque Nacho falló como Operations Manager. Llegamos a las 17:00 y el parque cerraba a las 14:00.


Esto quiere decir que el parque llevaba cerrado 3 horas (y 1 minuto de regalo). En fin, entre la lluvia y este fail, el día de mañana solo puede ir a mejor.Cogemos los coches y nos dirigimos a Samara, donde pasaremos la noche. Samara es un pueblo de la costa del Pacífico de Costa Rica que nos queda a 3 horas en coche. *En este viaje condujimos muchísimo porque quisimos recorrer Costa Rica entera en 10 días y las horas que hicimos en coche son una locura. Recomendamos hacer un viaje más largo para poder verlo todo con calma.

DIA 2: VISITAMOS PLAYAS ESPECTACULARES, LA LIAMOS CON UN QUAD Y UNA MOTO Y SEGUIMOS VIVOS GRACIAS A UN CAMARERO


Nos levantamos en Samara y nos enamoramos de esta parte de Costa Rica. Por fin vemos el sol por la mañana y qué mágico. Una playa larguísima llena de palmeras y sin absolutamente nadie. Precioso spot. Recomendadísimo. Hacemos un poco de skate por las carreteras de al lado de la playa y después de un par de horas grabando, nos vamos a desayunar.

Algo que me gustaría destacar es la amabilidad y el buen rollo de todos los locales. 

Después de desayunar, vamos a alquilar un quad y una moto para hacer unos planos con un poco más de acción. Buscamos un sitio apartado, para no liarla, y encontramos una especie de terreno abandonado perfecto para grabar. 

Nuestra intención es hacer todo lo posible por no hacernos daño, pero no estamos para nada seguros de que no vaya a pasar algo. Por suerte, todos sabemos muy bien lo que hacemos y el shooting sale de 10. En el camino de vuelta, paramos a comer en una casita.Llegamos a la Playa de Camaronal, que se encuentra muy cerca de Samara. Axel, Juan y Nacho van a devolver el quad y la moto; los demás nos quedamos en la playa y alquilamos un par de tablas para hacer un poco de surf.

De nuevo, una playa de 1 km, totalmente vacía y donde las olas rompen perfectas. Pasamos una tarde de escándalo y antes de que se haga de noche, decidimos volvimos a Samara para ver el sunset allí.

Estamos agotados, son las 18:00 y llevamos de arriba a abajo desde las 5:00 de la mañana.Ya no podemos hacer más fotos, así que nos vamos a tomar unas birras y a cenar. Nos las hemos ganado.

 Cenamos en un restaurante de Samara que está al lado de nuestro hotel. Juan, Pascal, Gon y Axel se van al hotel para empezar a pasar al ordenador todo el material y a organizar el día de mañana. Núria, Nacho y yo nos quedamos un rato más en el bar y, al salir, Nacho nos jura que sabe volver al hotel, que está al lado y no hace falta usar el Google Maps. Dice que se conoce Samara como la palma de su mano, y nos fiamos de él.

Después de caminar durante 25 minutos en fila india por una carretera sin luces y con los tres flashes de los móviles, empezamos a mentalizarnos de que estamos perdidos. Todos lo tenemos claro, pero llevamos caminando tanto rato que ninguno dice nada para no desanimar a los demás. Estamos sin internet, así que tampoco lo podíamos comprobar. A lo lejos vemos a dos figuras paradas en un puente y decidimos preguntarles, pero antes de llegar, nos pasa una moto por el lado y se para. Nos pregunta si estamos perdidos, y resulta ser el camarero del restaurante en que habíamos cenado y que nos había reconocido por las sudaderas.

Básicamente hemos caminado 25 minutos en dirección contraria y hemos llegado a Torito, una zona poco recomendada para ir de noche y menos para tres turistas perdidos que van con los flashes en la mano. Daniel nos deja su móvil para enviarle a Axel la localización y por suerte es el único que no está dormido todavía. Tarda dos minutos en venir a buscarnos y después de agradecerle al camarero por su ayuda y regalarle alguna que otra sudadera, conseguimos llegar al hotel. Conclusión, no hay que fiarse de Nacho. 

DIA 3: SURFEAMOS OLAS ENORMES, VEMOS NACER TORTUGAS Y CONSEGUIMOS LLEGAR AL PARQUE NACIONAL DE MONTEVERDE

Nos despertamos a las 5:30 y vamos al Refugio Nacional de Vida Silvestre Camaronal. La salida del sol se ve preciosa desde allí. Pero todo lo bueno viene con algo malo, hemos pinchado una rueda.

Ya sabéis, nuestra suerte.

Las olas son enormes.

 Gonzalo se mete en el agua, pero es inviable.Solo tenemos 1 hora para crear todo el contenido que necesitamos en ese spot. Al acabar, dejamos alguna camiseta mojada en la misma playa con la esperanza de que algún surfer local se las quedara y decidiera representar Blue Banana en los trópicos.

Antes de salir de la playa, vemos al vigilante entrar en un refugio. Nos explica que tiene que liberar a unas tortugas que acababan de nacer y nos pregunta si queremos acompañarlo.

*Tienen a las tortugas protegidas de los turistas de la playa, pero en cuanto nacen las liberan al agua.

Nos da un cubo para que no las toquemos con las manos, ya que pueden estar contaminadas de cualquier cosa y las tortugas podrían salir perjudicadas. Es muy bonito soltar una tortuga recién nacida y pensar que su vida empieza en ese momento. 

Después de una experiencia única en la vida, volvemos a la realidad. Toca arreglar la rueda pinchada y parar a comprar algo para el desayuno-comida, porque nos quedan 3 horas de viaje por delante todavía hasta llegar al Parque Nacional de Monteverde.

Cuando llegamos empieza a llover, pero no importa, porque no podemos perder ni tiempo ni el spot, ¡es increíble!

Puentes colgantes en medio de una selva que es 90 % bosque virgen. Después de 1 hora recorriéndonos el parque, nos dirigimos al refugio en el que conservan a los colibríes para ver si podemos capturar alguno en vídeo. Es increíble lo bonitos que son y lo rápido que se mueven.

Cuando lo conseguimos, volvemos a la carretera y paramos por el camino para hacer unos shots con el dron, porque las vistas son preciosas. Una vez el dron está en el aire, esperamos y esperamos, pero no vuelve. Esto es de locos y, teniendo en cuenta nuestro historial con los drones, lo damos por perdido. 

Conseguimos aterrizarlo y al final nos toca conducir un rato para localizarlo, pero lo recuperamos, solo que, como siempre, se nos hace tarde y todavía teníamos que buscar un restaurante con la cocina abierta. Por suerte, encontramos uno con un futbolín. No hace falta decir que Núria y yo los aplastamos, somos demasiado buenas.

DIA 4: NOS LA JUGAMOS PARA LLEGAR A LA PLAYA MÁS BONITA DEL MUNDO, TENEMOS EL MAYOR FAIL DEL VIAJE Y DORMIMOS EN MEDIO DE LA NADA

Hoy vamos a Punta Uvita, una playa con forma de cola de ballena en el Pacífico. Llegamos y la entrada estaba cerrada, pero necesitábamos hacer las fotos con la luz del amanecer, así que nos arriesgamos y saltamos la valla. Cruzamos la parte de selva que hay antes de llegar a la playa y cuando llegamos vemos que la marea está demasiado alta todavía y que tenemos que cruzar un riachuelo que cubre mucho y que se ha creado a causa de la marea (todo esto con las mochilas en la cabeza, claro). Esto siempre da miedo por todo el material que llevamos dentro y que claramente no puede mojarse. Lo conseguimos sin ninguna baja. 

Sin duda, mi sitio preferido de Costa Rica. Una luz preciosa, una playa rodeada de abundante vegetación virgen. El reflejo que dejaban las olas en la playa no parece real. 

Empieza a hacerse tarde, la luz es demasiado dura para las fotos y la gente empieza a aparecer. Al salir nos damos cuenta de que la entrada, en horas normales, se paga, pero eso nosotros no lo sabíamos y nos libramos. La suerte de llegar los primeros.

Nuestra siguiente localización es el Parque de Manuel Antonio, donde vamos a buscar monos, perezosos y todo tipo de animales. Se supone que hay muchísimos y esperamos verlos todos. El Parque de Manuel Antonio es uno de los parques más importantes de Costa Rica y, por tanto, sabemos que será un lugar muy turístico, cosa que no nos acaba de gustar porque ya sabéis que siempre buscamos lo más natural y puro de la aventura. De todas formas, al visitar países en los que no has estado nunca, tienes que hacerlo todo, incluídas las turistadas. La visita , al menos en nuestro caso, resulta ser el fracaso más grande del viaje. Además de tener que pagar por absolutamente todo, no vemos ni monos ni perezosos, solo iguanas y alguna que otra hormiga. Decidimos continuar el viaje y dirigirnos a Sierpe. Siempre con una sonrisa.

Bajamos superrápido hacia un río en el que tenemos que coger una balsa, subir con los coches incluidos y cruzarlo para llegar hasta donde se encuentra nuestro hotel. Como siempre, vamos justos de tiempo y lo malo, esta vez, es que si perdemos la balsa, la vuelta que tendremos que dar para llegar al hotel será demasiado larga. Gracias a nuestras habilidades conduciendo, conseguimos llegar a tiempo.

Esta noche nos alojamos en un hotel eco en medio de la nada. Lo dirige una familia con una bonita historia detrás, un chico americano que vino a Costa Rica se enamoró de una tica (como le gusta llamarse a la gente de Costa Rica) y no volvió a irse. Esta es su casa ahora. El trato es genial, la cena está buenísima y nos vamos contentos a la cama, que llevamos despiertos desde las 4:30 y mañana toca madrugar otra vez.

DIA 5: VEMOS COCODRILOS, CONSTRUIMOS UNA CABAÑA Y VIVIMOS UNO DE LOS MEJORES SUNSETS DEL VIAJE

Nos despertamos muy pronto para ver el amanecer mientras navegamos por los Manglares de Sierpe. Sierpe es la puerta de entrada al bosque de manglares vírgenes más extenso de Centroamérica, un refugio para innumerables especies como aves y otros animales salvajes. Vamos con la intención de ver cocodrilos, perezosos, monos y todo tipo de fauna que podamos encontrar.

Mientras recorremos los canales, el capitán nos explica que el alimento abunda y que por tanto, si alguien se cae de la lancha, los cocodrilos no lo atacarán directamente.*Los cocodrilos ocultos que se pueden encontrar son de unos 4-5 metros en comparación con los que están cerca del pueblo que rondan los 2-3 metros de longitud.

Cuando acabamos, nos damos el lujo de tomarnos unas birras con uno de los mejores atardeceres que hemos visto nunca. Cheers.

DIA 6: NOS VISITA UNA FAMILIA DE DELFINES Y ACABAMOS EL DÍA HACIENDO UNA HOGUERA Y BAÑÁNDONOS DE NOCHE

Nos despertamos sin prisa y nos permitimos descansar un poco. El dueño del hostal se une a nosotros en el desayuno y después de explicarle todos nuestros viajes, nos habla de un amigo suyo que tiene un barco y que nos puede llevar a ver delfines, tortugas, mantas y, un poco de suerte, hasta alguna ballena jorobada.Nos llevan al Golfo Dulce, uno de los 3 fiordos tropicales del mundo, donde las ballenas jorobadas de la Antártida y de Alaska vienen en diferentes temporadas. Sin duda alguna, el mejor lugar para observar grupos de delfines viajando en números de entre cientos de individuos. 

Al acabar, cogemos los coches para seguir con nuestra ruta, pero por el camino nos desvían por culpa de unas obras en la carretera y acabamos en la playa.

Aprovechamos para hacer unas tomas con los coches por la arena mientras Pascal conduce el FPV. Los coches acaban pareciendo blancos del polvo y de la arena. *Algo que siempre vivimos es la vergüenza al devolver los coches de alquiler porque nunca entienden cómo acaban así.Conseguimos ver miles de delfines que juegan alrededor del barco. Cada vez que se acercan, alguno de nosotros se tira para poder nadar con ellos, pero es imposible, son demasiado rápidos.


Después de liarla un poco allí, llegamos a la playa de Pavones y vemos el sunset.

Es una playa preciosa donde acabamos haciendo una hoguera y tomándonos birras que compramos en un chiringuito que hay al lado. Antes de irnos, nos damos un bañito nocturno. 

DIA 7: 8 HORAS DE COCHE PARA LLEGAR A UN SPOT INVIABLE A CAUSA DE LA LLUVIA

Nos despertamos pronto para seguir con el viaje. Esta vez nos dirigimos al Caribe, rumbo Bajos del Toro, pero antes vamos a parar en unas cascadas. Nos tocan 8 horas de coche, pero ya estamos tan acostumbrados que nadie se queja. Hacemos turnos para comer, dormir y cantar. Hacemos una parada técnica por el camino y por pura casualidad, ¡vemos el primer perezoso del viaje! POR FIN.La segunda parada es el Puente del río Tárcoles para ver cocodrilos. Es un puente muy famoso y, por tanto, también concurrido por turistas, porque siempre se ven cocodrilos abajo tomando el sol. Hay muchos y algunos gigantes. 

Dejamos atrás la zona del Pacífico y volvemos a la zona del Parque Nacional del Volcán Poas. Hemos venido a ver la Catarata de San Fernando de la que nos han contado maravillas. Está lloviendo cuando llegamos y decidimos parar a comer mientras esperamos a que afloje, pero parece que no va a pasar. Intentamos bajar porque se supone que solo es media hora, pero llueve demasiado y es inviable para el shooting.

Aunque tenemos muchas ganas de ver la catarata porque ya desde arriba parece impresionante, se nos están mojando las cámaras, la ropa que hay que shootear y además, el suelo resbala demasiado con tanta pendiente. Nos quedamos empapados por la lluvía, así que decidimos que lo mejor es volver al hostal y pensar que mañana será el día en que llegaremos al Caribe. Nuestra casa para esa noche son unas cabañas de madera preciosas en medio de la nada, en Bajos del Toro. Al llegar, todos cogemos una birra. Bueno, todos menos Pascal, que se pone a hacer una sesión entera de ejercicio mientras nos hace sentir fatal a los demás. Cuando acaba, se une, claro. Al más puro estilo alemán.

DIA 8: VISITAMOS UNA CASCADA ÁCIDA, CRUZAMOS UN RÍO CON MUCHA CORRIENTE Y NOS HACEN LA PCR DESDE EL COCHE

Cuando nos despertamos, llueve.

*La lluvia es un fenómeno muy común en las zonas cercanas a la selva de Costa Rica, al contrario que en las de costa. Hay que verlo todo, no solo quedarse en las playas, pero sin olvidarse de la lluvia.

Por suerte, mientras desayunamos sale el sol y con él, salimos hacia unas cascadas que nos han recomendado. Son espectaculares y muy salvajes.


*La Cascada del Toro está situada en un antiguo volcán que hace años que no entra en erupción y que mide unos 100 metros de altura. Otra curiosidad es que el agua que sale es ácida y, por tanto, está prohibido bañarse, por tu propia supervivencia. Nos pican hasta los ojos solo de estar cerca.

De ahí nos vamos a las cascadas gemelas que, como bien dice su nombre, son dos cascadas exactamente iguales. No tienen tanta altura como la de esta mañana, pero el acceso es mucho más difícil. Hay que andar un buen rato y cruzar un río bastante complicado en el que la corriente es muy fuerte. Por supuesto, llueve. Aunque alguno casi se mata por el camino, conseguimos cruzarlo. *Mención especial al guía que nos acompañaba y que cruzaba el río como si estuviera paseando por su casa.


Después de nuestras aventuras, hay que volver al mundo real e ir a la capital, a San José, para hacernos la PCR que nos permitirá volver a España. La PCR nos lo hacen desde el coche, solo tenemos que abrir la ventanilla. Al salir, comemos al lado del hospital y seguimos el camino. Todavía nos quedan 5 horas hasta llegar la zona del Caribe.

Son las 5:30h de la tarde y nos dirigimos al Parque Nacional de Cahuita, no queremos llegar demasiado tarde para tener tiempo para descansar un poco.

DIA 9: EL ÚLTIMO DÍA DE VIAJE SIEMPRE IMPLICA CAPRICHOS


Último día de viaje. Estamos en Cahuita, un pueblo en la costa caribeña de Costa Rica. Este lugar es una combinación perfecta entre playas paradisíacas de arena blanca y aguas turquesas, preciosos arrecifes coralinos y un bosque tropical húmedo lleno de vida.Hemos madrugado para poder pillar la salida del sol, pero está muy nublado. Aunque eso no implica parar, hay que hacer fotos sea como sea.

Estamos en una de las playas más bonitas de Costa Rica. Es el único día que no hemos tenido suerte con las luces en la playa, así que tampoco podemos quejarnos.

Todo lo importante ya esta shooteado. Nos faltan unas fotos para la web y ya estaríamos. Al acabar, buscamos un restaurante donde poder desayunar pancakes para darnos un capricho como despedida del viaje. 

Después, nos movemos a otra playa más en el centro del pueblo para acabar de rodar un par de stories del equipo y ya solo nos queda disfrutar y descansar por la tarde. Nos compramos un par de smoothies y a descansar en la playa.

Por desgracia, mañana ya volvemos y el viaje se acaba.

DIA 10: CAOS.

Nos despertamos y el último día siempre es un caos. Una mezcla entre ring y mercadillo por el que todos nos peleamos por las prendas que queremos quedarnos y por cómo hacer que quepa todo en nuestro equipaje.

El vuelo es a las 5 de la tarde, pero todavía tenemos que cruzar toda Costa Rica (unas 6 o 7 horas de coche) y devolver los coches. Todavía no tenemos los resultados de las PCR, así que cruzamos los dedos y esperamos que todo salga bien para poder volver.Todos negativos. Conseguimos llegar a tiempo y coger los vuelos.

Nos pasamos el vuelo durmiendo y recuperando horas de sueño. Al llegar a Madrid, nos separamos. Nacho, Juan y Pascal se quedan y los demás seguimos hacia Barcelona. Al reservar los vuelos, tuve un problema con el mío, así que me toca estar 3 horas más en el aeropuerto de Madrid sola, lo que me permite reflexionar sobre todo lo que ha pasado.

Todo el mundo nos dice la suerte que tenemos. Y somos conscientes. Pero estos viajes no son fáciles. Requieren mucho esfuerzo físico y mucha paciencia para aguantar a todos los que viajan contigo. Hay que estar motivado todo el rato para aguantar y sacar lo mejor, tanto a nivel personal como profesional. Pero todos sabemos que cualquiera daría lo que fuera por poder vivirlos.

Yo adoro viajar y me encanta hacerlo sola porque me permite disfrutar de los lugares de manera más personal. En este caso, al haber sido tan intenso, al haber explorado tantas partes de Costa Rica (literalmente de norte a sur y de este a oeste), creo que todos nos enamoramos de este lugar y alguno incluso pensó en dejarlo todo y quedarse.

Es imposible que Costa Rica te deje indiferente. Tiene una magia que te atrapa y te fascina. Ahora entiendo perfectamente a todas esas personas que nos hemos cruzado por el camino y que nos contaban que habían encontrado su lugar en esa tierra.

Al llegar a Barcelona, un amigo me regala el libro Pura Vida de José María Mendiluce, y que dice de Costa Rica:

«Allí, la vida no logra conformarse con las reglas, ni las reglas son capaces de controlar las vidas».

Y yo me pregunto, ¿no es esta la misma filosofía de Blue Banana?

Si algún día desaparezco,
ya sabéis dónde buscarme,

Anna

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